Archive for May 5, 2008

“POR PUDAHUEL Y LA BANDERA”

Reflexiones sobre un parque intercomunal.

Evelyn Quinteros Elgueta

 

Once cincuenta de la mañana. Domingo santiaguino. Nada que hacer. Tomé mi bicicleta y pedaleé con rumbo a algún pulmón verde en la capital. Después de una semana universitaria necesitaba conectarme con mi naturaleza interna. A sesenta minutos de San Joaquín y camino a la costa en Avenida Ossa 1985 me encontré con el Parque “La Bandera”, el orgullo de la comuna de San Ramón. Miré el panorama a mi alrededor: La Granja hacia el oriente, La Cisterna hacia el poniente, La Pintana y La Bandera hacia el sur. Luego, miré mis zapatillas, la marca de mi bicicleta, mi reloj y dudé en entrar. Conjeturé que un Parque Intercomunal como éste debía tener algún tipo de seguridad y que por último tenía que darle un descanso a mis piernas, así es que crucé la calle y me aventuré.

En la entrada oriente del parque y hacia el costado sur se encontraba la oficina del administrador y la caseta central de guardias, con siete hombres vestidos de gris para protegerme; dos de los cuales permanecieron todo el tiempo en la entrada y otros cinco efectuando rondas por el lugar. Me puse a pensar si siete hombres eran suficientes para cubrir de seguridad las once divididas hectáreas que me rodeaban, saqué el cálculo rápido de que un guardia debía ser capaz de cubrir una hectárea y media por día y me pareció factible, entonces me relajé.

Me bajé de la bicicleta, la afirmé con una mano y comencé a recorrer el parque a pie. Un gran camino arenoso y amarillo zigzagueante era la columna vertebral y a su alrededor: praderas, árboles y juegos daban el toque natural al lugar. Llegué al otro extremo y noté que todo el recinto era como un rectángulo gigante y cerrado al borde de una comuna. Nada de conexiones con otras áreas, ni edificios que miraran al parque para contemplarlo, ni menos aún espacios integrados dentro del mismo parque. Los juegos infantiles estaban “encerrados” por cuatro murallas de ligustrinas y lo que podía haber sido el sector colorido y entretenido del sendero, se transformó en una caja vacía de risas y juegos de niños sin terminar. El concepto de “espacio abierto” se tornó distante y confuso y me pregunté si por alguna razón las personas que vivían en las comunas cercanas podían llegar a sentirse libres e insertas en la naturaleza cuando visitaban el lugar. Me pregunté también si acaso en Las Condes los paisajes se manejaban de la misma forma.

Dos y cuarto de la tarde. Decidí tenderme en el pasto que estaba tibio, limpio, recién cortado y ordenado y noté que todo mi entorno era igual. De algún concepto errado de niña tenía la sensación de que los lugares públicos eran sucios y mal cuidados, me tragué mis comentarios y sonreí.

Arriba el cielo azul, las nubes como siempre haciendo formas misteriosas para nosotros, empecé a relajarme. Un estrepitoso frenar de ruedas seguido de una filarmónica de bocinas interrumpieron mi descanso. Hacia el norte, la Autopista Vespucio Sur me recordó que aún permanecía en mi capitalina ciudad. Miré hacia el borde, dos personas venían en mi dirección una de ellas en silla de ruedas. ¿Habrá sido casualidad que el parque tuviera accesos planos y amplios para la gente discapacitada? O ¿será verdad lo del plan integrador que siempre se menciona en las políticas de gobierno? Al menos, con una o la otra, me pareció encontrarme en un país desarrollado. Me dio hambre, seguí mirando los bordes: una que otra camuflada entrada por la autopista o por la calle paralela que daba a San Ramón, unos cuantos arbolitos nuevos plantados con la intención de hacer una arboleda, pero de negocios o lugares donde comprar comida, ni la sombra. Me resigné. Pensé que la próxima vez que fuera tenía que ir en auto, para llevar una mochila grande con comida, pero recordé que no había estacionamientos ni en el parque ni en los alrededores. ¿y por qué se llamaba parque intercomunal si no había incentivo para que fueran las personas que viven lejos, en otras comunas?. De todos modos, esto no solucionaba mi problema. Me paré, tomé mi bicicleta y me devolví por donde mismo había llegado.

Comencé a mirar con más detención los espacios, habían juegos infantiles, escaños, basureros, baños públicos, bebederos, iluminación en altura, iluminación tipo plaza, multicancha, cancha empastada, camarines, espacios flexibles como el anfiteatro y juegos de agua. Recordé las historias de la abuela cuando vi los maitenes, quillalles, seibos, melias, plátanos orientales, jacarandás, palmeras, acacias y todas las 26 especies distintas que logré contar, todas ellas dispuestas a los costados del parque como tratando de separarme del resto de la ciudad. Las rosas trepadoras, ligustrinas verdes, flor de la pluma, rosas floribundas, vincas y algunas más, estaban dispuestas adornando el camino central. Cuando vi el paisaje como un todo me sorprendió la relación de lleno y vacío que se formaba: lleno de árboles alrededor y solo prado en el centro. Como si alguien hubiese olvidado que la magia de la naturaleza radica en la forma controlada que tiene de insertarse entre nosotros. Las sombras de los árboles que se perdían dispersas por el borde del parque no conseguían entregarme su frescura, pero al menos al grupo de deportistas que corrían de un lado a otro en el espacio que se generaba entre los árboles y el sendero, les permitía descansar. Me puse a pensar que si yo fuera el alcalde de la comuna inventaría cuantos talleres al aire libre se me ocurrieran. Invitaría a los niños y a los adultos mayores a participar de programas de recreación y deporte. El parque era un buen lugar.

Seis de la tarde. Domingo santiaguino. Nada que hacer. De un salto monté mi bicicleta intacta, con mis zapatillas relucientes. Mi reloj no paraba de brillar. Comencé a pedalear. Atrás dejé el prado verde reluciente, y las abejas y las flores. Atrás dejé a los siete guardias y mis deseos de encontrar un kiosco. Atrás. Sorteando los agujeros de la calle me alegró saber que el gobierno se preocupaba de nuestros espacios verdes y aunque algún paisajista pueda criticar el diseño deficiente, la poca conectividad y los accesos informales, estoy segura que los vecinos de La Granja, San Ramón, La Pintana y La Bandera agradecen enormemente el trueque de un sitio eriazo por un parque como éste. Nos falta, sí, nos falta mucho para comparar nuestras áreas verdes con las extranjeras que surgen como monumentos a la vida en otras latitudes, pero soy chilena y creo que tener la iniciativa de una idea es, tener la herramienta más importante para superarla. Quien sabe, tal vez un día nos reconozca el mundo entero por nuestros campos de flores bordados que son la copia feliz del Edén.

 

 

 

 

 

May 5, 2008 at 10:52 pm 1 comentario

PARQUE LO VARAS

“EL JARDIN SECRETO DE RENCA”

Carole Díaz.

 

Lo Varas, antiguamente un fundo “Lo Velásquez”, de gran extensión e importancia, que por su venta y reformas de la época se convirtió en zona de viviendas sociales. Actualmente solo se conserva la Casona patronal y un pequeño parque a su alrededor.

 

La mejor opción para llegar al Parque lo Varas es utilizando el Transporte Publico. Dado que no existen ciclovías, ni estacionamientos de automóviles. Aún así llegar es de fácil acceso ya que la red de Transporte Público así lo permite. El parque se ubica hacia el limite sur poniente de la Comuna de Renca, entre las Calles Totoral Bajo ( #1018 ) y Costanera Norte. El acceso principal y único por el momento de ubica en la Calle Totoral Bajo.

 

Dado que el limite del parque colinda con la Costanera Norte, se produce un quiebre en la conectividad con el publico del sector siguiente a la carretera. Sin embargo lo Varas se sitúa, frente a un colegio, cercano a un consultorio y en medio de un sector residencial, lo cual genera muchas visitas. Como dije anteriormente existe una única entrada, el resto esta rodeado por una fuerte reja que no permite la apropiación de la comunidad al borde del parque. Esto no es al azar, ni tampoco por una idea conservacionista del parque, sino que fue provocado por la misma comunidad, la cual no busca en el parque un lugar de sano esparcimiento o de relajo, sino lo contrario. Ya que puede ser convertido en un foco de malas acciones humanas, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo decidió mantenerlo con solo un acceso. El ingreso se realiza a través de un portón de fierro, el cual no genera un problema a la hora que el parque cumpla su función de invitar a la gente a ingresar. Desde la entrada se visualiza la intención armónica y cálida del parque.

 

A un costado de la entrada se encuentra la portería, donde hayamos a los Guardias de Seguridad, ellos cumplen si uno así lo quiere, la función de “Guía” o de Relator  de la historia y coyuntura del parque. Al otro lado, en el centro y rodeado de árboles frutales se encuentra los juegos para niños, muy de acuerdo con el entorno, los hay de Maderas y  Plásticos. Por la cercanía a la entrada, permite la fácil llegada de los niños con sus padres a cualquier momento. Continuando con el camino principal se llega paralelamente a dos sitos importantes, la gran Casona Colonial, que pertenece a la historia del lugar y el imponente y hermoso arbolado de magnolias (Magnolia grandiflora L.) que brinda sin duda una de las mejores sensaciones. Este arbolado cuenta con asientos muy sutiles con el entorno, no rompen el esquema de tranquilidad ya que son de madera barnizados y bien mantenidos. Alrededor del arbolado se disponen bandejones de césped, lo cual termina de lograr una sensación de orden y real tranquilidad. Observando la ruta del arbolado, se puede dar cuenta que su función principal, dentro del diseño original del Parque, fue de camino obligado para llegar al otro extremo donde se ubica la Casona. En el centro del parque existe una especie de Anfiteatro, Pista de Patinaje o Skatepark, concéntrico a esta instalación hay asientos en el mismo orden de material que el Anfiteatro Multifuncional, lo cual deja en claro que su función es reunir y dirigir las miradas a el.

 

En un extremo, se ubica una Pequeña Pérgola la cual es otra instancia de reunión dentro del lugar. Por la forma cuadrada del Parque Lo Varas y disposición notoriamente central, se hace imprescindible instalaciones en los extremos.

 

El gran atractivo del Parque es su cubierta Vegetal Arbórea que cumple con el efecto de lleno, de gran impacto son las Magnolias, muy añosas en buen estado y bien ubicadas, por otro lado se puede observar de manera escultórica un grupo de Palmeras, esto puede parecer algo contrario al resto del Arbolado, pero por su disposición y el lugar donde se encuentran, estas brindan una hermosa visión. También esta la posibilidad de descansar en la pradera, la cual provoca sensación de tranquilidad y sin duda un enorme bienestar, menores son las cubiertas arbustivas pero esto no se transforma en un problemas, sino al contrario ya que sigue un orden consecuente. Se pueden considerar dos praderas en el lugar, una central y una continua a los juegos de niños, esta ultima muy cercana al borde colindante con la Costanera, lo que no permite alejar el pensamiento fuera de la Cuidad.

 

Un aspecto importante y cumplido por el Parque es la posesión de Baños y Bebederos, lo cual es paradójico, ya que al mismo tiempo que poseen no pueden disponer de ellos, todo finalmente recae por malas conductas de la población.

A pesar y en oposición del posible estado del parque, se impone el orden y la buena mantención, lograda por el equipo de limpieza del Siglo Verde, en este sentido sin duda deja las intenciones de una segunda visita.

 

La circulación del Parque se basa principalmente en un camino central, que dirige la atención a los juegos, y a la ruta arbolada, esta desemboca por su parte con otro camino que recorre los lados norte y ponientes. No posee caminos que fraccionen, ni que produzcan una obligación a los transeúntes, la pradera esta ahí para pasar caminando desde un extremo a otro, los caminos son todos en orden a los cuatro lados, y cumplen una función de una agradable caminata.

 

Al llegar al parque lo primero que me encontré fue un agradable caballero dispuesto a comentarme lo que sucedía en el Parque, el era uno de los cuatro guardias de seguridad con el que cuenta el recinto. Por la condición transparente provocada por los árboles de gran altura, se consta de una visual amplia del sector, sin dejar lugares escondidos. Los bordes son transitados por una gran cantidad de personas, ya que por dos de ellos transita la locomoción colectiva. Estos bordes no continúan con la intención de parque, en ellos se encuentran unos pocos árboles, y una especie de plaza colindante la cual no intensifica las ganas de penetrar el parque.

 

La experiencia del Parque Lo Varas, fue un real agrado. Desde donde nos acerco la locomoción y hasta la entrada del parque, no se alcanza a percibir la grandiosidad del recinto, al cruzar la entrada me invadió una exquisita sensación de bienestar, de no dejar ese lugar y de permanecer en el por aún mas tiempo. El lugar traslada a otra época, no pasa el tiempo, mas bien se detiene, las magnolias se encargan de brindar la calma y la paz que junto con el cantar de las aves obliga el retorno a el.

May 5, 2008 at 2:36 am 1 comentario

PARQUE MAPOCHO PONIENTE

Un paseo junto al río

María Jesús Lira Brown

 

         Es domingo de una tarde de abril y el Parque Mapocho Poniente se llena de familias que asisten a él para pasar una agradable tarde de otoño junto al río. Personas de escasos recursos provenientes de la misma comuna de Cerro Navia, Renca y Quinta Normal llegan desde sus casas en bicicleta o caminando. Renca a pesar de estar al otro lado del Mapocho puede acceder a él gracias a una pasarela que cruza al río y llega directamente al parque.  

Por ubicarse en los bordes de la comuna  de Cerro Navia este parque no le queda muy a la mano a todos los habitantes de la comuna, pero ellos igual se las ingenian para ir en algún momento y visitar también los otros sectores verdes aledaños como el Parque Lo Varas (Renca) al norte o la plaza al sur nuestro parque.

        Es muy bonito hacer el recorrido caminando hacia el oriente para observar como telón de fondo a la cordillera de Los Andes en su máximo esplendor y a la cuenca de Santiago regada por el Mapocho. En esta dirección es como describiremos nuestro paseo dejando que la imaginación una nuestras ideas.

Llegando en auto hay que tratar de encontrar la entrada a los estacionamientos, ya que a diferencia de las entradas peatonales que están demarcadas a lo largo de la reja de alambre, la puerta de los estacionamientos cuesta encontrarla. Los estacionamientos están en una explanada en la parte poniente del sector con algunos pocos árboles que le hacen sombra. Se encuentran junto a la zona de pic-nic  (para así no tener que trasladar el almuerzo grandes distancias), la oficina central de los guardias y los baños, todo en muy buen estado y mantención.

Para recorrer el parque uno puede elegir entre los distintos senderos bien demarcados que se ofrecen, según lo que uno quiera ir apreciando; para gozar del río y la cordillera se recomienda el sendero que va por el borde del río bajo la copa de los árboles que sombrean agradablemente el camino y bancas en las que uno puede parar a descansar. También se puede caminar entremedio de las praderas de pasto, las que a pesar de no ser tan extensas como para jugar un partido de fútbol invitan igual a sentarse en ellas y pasar momentos agradables. Otro sendero que se puede escoger, el más ancho de todos, es el que va por el borde interno del parque paralelo a la calle, bajo Plátanos Orientales, ideal para caminar todo el extenso parque o para tenerlo como alternativa peatonal de la transitada calle que lo bordea.

En los bordes del parque encontramos un mayor número de árboles que en la mitad de éste creando una sensación de lleno-vacío que nos desconecta del entorno. Estos árboles, en su mayoría nativos llevan escrito su nombre en la parte inferior del tronco para enseñar a la comunidad las especies típicas de Chile.

A continuación de las instalaciones de seguridad se encuentra una depresión del terreno en forma de anfiteatro con “graderías” de pasto e iluminación, donde los jóvenes se juntan a tocar con sus grupos musicales, los niños ruedan por el pasto mientras sus padres los cuidan en la sombra de los árboles que rodean este sector. Si seguimos caminado por los senderos del interior, nos topamos con una pequeña plaza rodeada de plantas trepadoras donde uno verdaderamente se puede aislar del mundo y ver verde por todo su alrededor, a pesar de que muy cerca de encuentran los juegos de agua para que los niños se refresquen en el verano, juegos infantiles, camas saltarinas y más. En la parte oriente del parque, aunque muy alejada de donde hablamos, también hay juegos infantiles para que la gente de ese sector también aprecie el parque, este lugar se conecta gracias al sendero principal.

        Como no todo es belleza y entretención, hay que también analizar y no solo describir el parque para ver si realmente cumple con el objetivo principal de un área verde; “mejorar la calidad de vida de las personas”.

Todo el parque está rodeado por una reja interrumpida por los accesos peatonales, que no cuesta encontrar, y que tienen troncos para impedir la entrada a vehículos los que es bueno pero no tienen la separación suficiente para permitir el paso a una silla de ruedas, limitándole el paso a las personas discapacitadas. Como en la parte más cercana a las entradas hay un espacio grande sin nada verde, las personas pueden no sentirse llamadas a entrar, pero gracias a que no hay nada que impida la vista hacia el interior, se puede ver claramente que hay algo muy bonito mas allá de toda esa tierra, esto se refleja en el buen estado que está el parque, ya que si la población no se sintiera comprometida con el lugar no lo cuidaría tanto como lo hace, cuesta encontrar un banco malo o árbol roto. Todo esto va muy de la mano a la mantención que hay por parte del MINVU, el que tiene contratado a por lo menos 12 personas de planta para cuidar la seguridad del lugar en 4 puntos diferentes, para mantener las especies vegetales que se pueden regar con el agua del río y cuidar con la limpieza a pesar de que hay muchos basureros.

A lo largo de todo el parque nos encontramos con lugares para realizar múltiples actividades lo que le da un mayor uso al parque; gimnasio al aire libre, juegos, anfiteatro, bebederos, etc. Todo muy incorporado a las cubiertas vegetales del parque que pueden servir para limitar estos sectores o para unirlos.

Este parque tiene alrededor de 10 años de edad, como no es mucho tiempo refleja la buena elección de especies vegetales que se hizo, árboles que ya están mas grandes y no topan unos con otros, dan una sombra apropiada y generan espacios.

 

        Como ya se analizaron los diferentes temas me atrevo a opinar que realmente este parque mejora la vida de las personas que asisten por los múltiples beneficios que produce. El público al que está enfocado es muy humilde y uno podría pensar que no serían capaces de cuidar un lugar así y apreciarlo como se debe, pero pasa exactamente lo contrario, las personas realmente saben valorarlo y cuidarlo de la manera adecuada, quedando de manifiesto que las personas más humildes si están listas para tener un área verde cerca de sus casas. Creo también que si estos parques fueran más frecuentes en Santiago se podrían solucionar también algunos de los problemas de delincuencia, droga y alcoholismo, muy comunes hoy en día porque la juventud no tiene nada más que hacer aparte de estar en las calles o en sus casas donde muchas veces no caven. Con estos espacios los jóvenes tendrían un lugar más agradable donde estar y reunirse, manteniendo la mente y el cuerpo ocupado en otras cosas y no buscando escapatorias a la realidad donde viven.

 

 

 

May 5, 2008 at 2:34 am 2 comentarios

PARQUE LA CASTRINA

Lo bueno, lo malo y lo feo.

Paloma F. Caro Torres

 

  

La capital de nuestro país se ha transformado en una zona totalmente urbana, con las comodidades y problemas que esto nos pueda traer, hoy por hoy, aquel verde valle, fértil y frondoso, con un río de aguas cristalinas que describiera don Pedro de Valdivia, llega a ser una ironía cuando paseamos por nuestra gris ciudad.

 

Sin embargo, las autoridades y ciudadanos valoran cada día más las áreas verdes como un medio para mejorar la calidad de vida de las personas y es en este contexto que el MINVU (Ministerio de Vivienda y Urbanismo), desde el año 1992 comenzó la construcción y remodelación de trece parques en comunas de escasos recursos de nuestra capital, “La Castrina”, ubicado en San Joaquín, es uno de estos parques y como todas las cosas de la vida, se puede tomar desde tres puntos de vista, el Bueno, el Malo y el Feo (sí, así cómo la vieja película)…

 

·        Lo bueno…

 

      Al llegar a La Castrina, las siete hectáreas de este parque entregan inmediatamente a quienes lo visitan una agradable sensación de encontrarse aislado en una “burbuja verde” en medio de la ciudad. A pesar de estar a pocas cuadras de Avenida Departamental y de Av. Las Industrias ruidos de calles no existen aquí, se puede percibir la tranquilidad, armonía y belleza necesarias en una buena área verde.

 

Desde el comienzo el parque invita a entrar y quedarse, tiene muy buenos estacionamientos, aunque existen rejas, estas dejan ver el interior del parque y además muchas zonas están rodeadas por árboles, lo cual deja que siga siendo un lugar agradable.

 

Este parque está dividido en dos, separado por un calle, pero a pesar de esto los accesos y diseño del parque están hechos de tal forma que existe continuidad entre ambas partes, el sector sur tiene dos accesos (en los extremos norte y sur), y el sector norte tiene sólo un acceso ubicado al sur del parque, enfrentando con el acceso norte de la “otra mitad”. El sector sur de La Castrina está diseñado como lugar de congregaciones cívicas y lugar de descanso, aunque suenen contradictorios, el diseño da su espacio a cada uno: el reloj cívico rodeado de palmeras es el lugar perfecto para exposiciones y ferias temáticas, junto al espectacular anfiteatro con capacidad para más de 600 personas nos dejan muy en claro que este lugar fue hecho para que las personas lo vivan, y a la vez, los paseos con bancos y grandes árboles se conjugan de manera perfecta para dar un espacio apacible para pasear.  El “Paseo de los Fresnos” a la entrada de la mitad norte del parque es el principal elemento que crea continuidad entre ambos parques y da la bienvenida a la zona de deportes, donde encontramos multicanchas iluminadas y amplias canchas de pasto para fútbol. Como buena área verde, este parque se construyó para todas las edades, los niños, pueden encontrar áreas de juego sombreadas, cosa fundamental para los padres,  en todos los sectores del parque. Quien visite este parque se encontrará con un lugar muy bien mantenido con un equipo de 18 jardineros de planta, con caminos bien habilitados para discapacitados, con praderas amplias para realizar picnic, jugar con los niños, o simplemente dormir una siesta bajo un árbol.

 

A los más técnicos podría contarles que cuando lleguen a este parque, se encontrarán con un lugar de diseño loable a mi parecer: repetición utilizada en su justa medida en los caminos, relación masas vegetales/vacíos muy adecuada para parque (masas ubicadas en lugares de poca utilización, por ejemplo detrás del anfiteatro  y praderas libres para su uso), transiciones y división de los sectores graduales y muy naturales, caminos interiores en adecuado cantidad y buena ubicación, poca utilización de herbáceas, riego tecnificado, etc. En fin un excelente diseño, que no por eso deja de ser simple y acogedor.

 

 

·        Lo malo…

 

A pesar de las grandes virtudes que posee La Castrina como área verde, nos encontramos con un problema que, a pesar de no ser del parque en si,  es fundamental ya que es lo que da vida al lugar: no es un lugar inserto en el diario vivir de la comuna. En primer lugar el parque se encuentra en el extremo sur de la comuna, lo cual lo deja aislado del centro cívico de esta, en segundo lugar al estar ahí, aunque el parque está en medio la población la Castrina, pareciera que el parque fue instalado desde arriba, como una isla: al sur y en parte del poniente del parque hay una gran pared, en los demás sectores las casas están de frente a él, pero las veredas con árboles que tiene poca relación con los que están dentro del prado y combinados con la reja que lo rodea, crean la sensación que estas casas miran al parque, pero “sorprendidas”. Así mismo debo reconocer que a uno mismo le sorprende encontrarse con un parque en este lugar, ya que no llegan a él calles grandes, no existe un arbolado urbano importante como para crear un “ambiente verde” y además existe una diferencia radical entre lo descuidado de la zonas vecinas con lo prolijo del diseño y del cuidado de este parque. Es bueno tener áreas verdes lindas y bien cuidadas, pero es necesario que los encargados recuerden que es fundamental tenerlas integradas a la comunidad, es decir, si llegar a ellas es una proeza, si no sabemos que existen o es un misterio su ubicación exacta, no estarían cumpliendo su función de servicio a la comunidad…nunca está demás un cartel o un par de corredores verdes.

 

·        Lo feo…

 

     Cuando llegamos a La Castrina, a pesar de lo bien cuidadas que se veían todas las instalaciones, árboles y prados, el monolito de la entrada principal (sector sur, acceso norte), en el cual están las inscripciones de inauguración estaba completamente rayado con spray, lo cual muestra una falta de respeto a los bienes comunales. En compañía de una amiga, seguimos recorriendo el parque muy sorprendidas, pero a la vez agradadas,  de que el monolito fuera lo único “feo” de La Castrina, ya que las excelentes condiciones e instalaciones, junto con la belleza de lugar compensaban absolutamente esto, dejando una hermosa visión general del parque. Sin embargo, lo feo aún no lo habíamos visto. Cuando nos estábamos retirando del parque dos jóvenes nos asaltaron con violencia, ¡arma blanca incluída, señores! La visión de la apacible burbuja verde desapareció en cuestión de segundos y se transformó en un lugar peligroso del cual debíamos salir rápido y tratar de no volver nunca más. Este hecho hizo que cambiara la visión del lugar de dos personas en segundos, pero así también la voz se corre y en cuestión de horas, por un hecho desafortunado, cambia la visión de muchas más que dos. Lamentablemente este no es un hecho aislado, ya que conversando con los guardias, personas del sector y lo informado diariamente en la prensa, vimos que esto ocurre de manera frecuente en este y otros parques de Santiago, por lo cual, así como nuestro círculo de familiares y amigos toman distancia de estos lugares, con los círculos de otros afectados sucede lo mismo, provocándose alejamiento de la comunidad de las áreas verdes. Es importante que las autoridades tomen cartas en el asunto, es difícil, es verdad, ya que los guardias de los parques no tienen mayores atribuciones a la hora de defender a los visitantes y el contingente de carabineros es inferior a lo necesario, como para que puedan estar cuidando parques de manera permanente.

 

     A pesar de lo feo, el Parque La Castrina es un lugar hermoso y acogedor, es de esperar que las autoridades lo potencien como vía de desarrollo y unión comunal, y que a la vez tomen las medidas más adecuadas para que no se llegue a convertir en una zona de reunión de delincuentes, alejando a la comunidad de estos lugares.

 

 

 

 

 

May 5, 2008 at 2:21 am 4 comentarios

PARQUE «LA BANDERA»

 

¿Adecuado para las necesidades de los vecinos?

Paola Vásquez

 

 

 

Cuando me dijeron que tenía que ir a visitar un parque, me pareció una idea interesante sobretodo para conocer realmente lo que ocurre con los parques en Santiago, pero cuando se me ocurrió invitar a mis amigos me pareció un panorama mucho mejor y era más entretenido que ir sola a hacer una tarea. El día jueves 20 de marzo, nos dirigimos al Parque “La Bandera” que tiene 11.4 hectáreas y está ubicado en la comuna de San Ramón, y bordeando el costado norte se encuentra con la Autopista Vespucio Sur.

El parque se encuentra inmerso en la periferia de la comuna, lo que inmediatamente me llamó la atención por que la idea de un parque es que sea lo más cercano y central para la comunidad.

 

Al llegar nos acercamos a un guardia de seguridad para saber sobre las instalaciones y precauciones que deberíamos tomar para recorrer el lugar.

Eran las dos de la tarde y realizamos un picnic en una de las laderas del parque. Luego de compartir unos gratos momentos ya era la hora de realizar mi labor y me puse a caminar para recorrer las instalaciones del parque.

 

A pesar de que el borde del parque está rodeado por una malla de alambre, en cada conexión con las calles aledañas al parque hay una entrada, las que se encuentran abiertas las 24 horas del día y los vecinos pueden ingresar en el horario que deseen. Esto en vez de ser un atractivo es un riesgo para los mismos habitantes, ya que el parque se encuentra en un sector conflictivo y a pesar de tener guardias, la delincuencia y el vandalismo son pan de cada día. De esto nos pudimos dar cuenta ya que faltaban bebederos y había escaños que se encontraban dañados.

 

A medida que caminaba, la brisa y la sombra se hacían cada vez más agradables, sentía que estaba en un espacio de relajo luego de una mañana de actividades universitarias.

 

Observando los alrededores, me pude dar cuenta que los vecinos no tienen vista al parque y se “miran” entre ellos, lo que es un gran desaprovechamiento a la contribución de seguridad del parque y no existe sentido de propiedad del mismo. Además no existen corredores verdes que enlacen las calles con el parque, por lo que es el único pulmón de la comuna.

 

Caminando por los senderos nos encontramos con niños corriendo, jugando, personas recorriendo el parque o sólo cruzándolo para llegar al otro extremo, lo que lo hace apto para el tránsito de los vecinos. El camino no posee mucha pendiente por lo que lo hace idóneo para el tránsito de personas con discapacidad. Desafortunadamente, el ingreso del parque no es bueno ya que las calles no tienen paso de cebra ni declives para que puedan pasar ciclistas o personas en sillas de ruedas. Esta situación es aún más notoria en la esquina de Avenida Ossa con la calle la Bandera, o en la esquina de Avenida Ossa con Almirante Latorre ya que en esas intersecciones hay un camino que cruza el parque, y no existe ninguna señalización que alerte a los usuarios del parque ni a los automovilistas de que hay un flujo de autos y de personas respectivamente. Esto afecta negativamente a la continuidad, porque además de que una calle corte el parque, entre esas calles existe un área verde propiedad de la municipalidad de San Ramón y que no tiene la misma mantención que el parque, lo que hace que la continuidad “verde” sea aun más interrumpida. Cabe mencionar que no existe una entrada principal del parque y estas no se encuentran acondicionadas para “invitar” a la población a entrar.

 

Mientras avanzaba me daba cuenta que existen distintos espacios que son flexibles para realizar diversas actividades dentro del parque, hay juegos infantiles (que por algún motivo se encontraban sin una adecuada sombra para los niños), multicanchas, baños, anfiteatro, lo que es propicio para realizar diferentes actividades ya sea de recreación, de descanso, de paseo, etcétera. Hay una serie de elementos necesarios que se observan como basureros, escaños, bebederos, iluminaria. No obstante, esta última no se ubica en los lugares adecuados ya que el follaje de los árboles tapa algunos de los focos y no permiten una correcta visibilidad. Esto se puede mejorar realizando una mejor mantención o cambiar de lugar las especies que afectan la buena luminosidad.

 

Mientras avanzaba en la dirección norte, en el sector colindante al parque se encuentra la Autopista Vespucio Sur y el shock visual era evidente, sólo unos liquidámbar que tenían poco tiempo de establecidos, tenían la función de barrera y eso no se lograba, no existía la sensación de desconectarse “de la realidad” de la cuidad, ni proporcionaban un sendero con sombra que podría ser utilizado como lugar para realizar caminatas o como ciclovía. Es probable que cuando estos árboles gocen de todo su potencial, creará la adecuada barrera visual, de sonido y la sombra que se necesita en ese espacio.

 

El parque posee una gran pradera en el centro, que la hace adecuada para realizar distintas actividades y a pesar de que se requiere de una buena mantención, esto se logra ya que hay 20 trabajadores constantemente preocupados por arreglar algún desperfecto que suceda al interior del parque.

 

Al interior del parque las rutas están bien delimitadas y la jerarquía de caminos existe. Hay dos caminos principales que recorren el largo del parque y los caminos secundarios llevan a las diversas instalaciones del parque, lo que permite que cualquier persona que entre al parque pueda llegar a estos lugares sin dificultad.

El parque esta construido para los vecinos de esa población, por lo que la construcción de estacionamientos era innecesaria.

 

El punto negro del parque es la seguridad, al momento de entrar y hablar con el guardia y el administrador, me dijeron que había que tener precaución y cuidado con las pertenencias, lo que al principio me alertó bastante por que sabía que estaba en una zona conflictiva. Me comentaban que cada vez que se realizaba alguna manifestación, el parque sufría las consecuencias de ello con iluminarias destrozadas, árboles desganchados, robo de basureros, plantas, etcétera.

 

Hubo un momento que la hora pasó volando y no me di cuenta pero ya eran las cinco de la tarde y siguiendo las recomendaciones de los encargados del lugar, con los chiquillos tomamos muestras cosas y nos marchamos del parque.

 

Quedé con la sensación de que a pesar que la principal debilidad del parque es la seguridad, es un lugar que cumple con lo que la población quiere: un lugar para salir a jugar con los hijos, caminar y abstraerse de la rutina de la vida cotidiana y sobretodo de lo gris de la cuidad actual.

 

Finalmente, ¿te has dado el tiempo para observar, caminar, respirar y disfrutar de las áreas verdes de tu comuna?

May 5, 2008 at 12:05 am 1 comentario


May 2008
L M X J V S D
 1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031  

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Únete a otros 6 suscriptores

Posts Más Vistos

Blog Stats

  • 32.095 hits